miércoles, 5 de enero de 2011

Aprendamos a Aceptar Cambios

 

12654375547rNV7aPasaje del Día: Génesis 12:1-9

Versículo del Día: Génesis 12:1

“El Señor le dijo a Abram: “Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre y vete a la tierra que te mostrare”.

“Hare de ti una nación grande, y te bendeciré; hare famoso tu nombre y serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; ¡por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra”. Abraham partió, tal como el Señor se lo había ordenado, y Lot se fue con el. Abram tenia setenta y cinco años cuando salió de Jaran. Al encaminarse hacia la tierra de Canaán, Abram se llevo a su esposa Saray, a su sobrino Lot, a toda la gente que habían adquirido en Jaran, y todos los bienes que habían acumulado. Cuando llegaron a Canaán, Abram atravesó todo esa región hasta llegar a Siquen, donde se encuentra la encina sagrada de More. En aquella época, los cananeos vivían en esa región. Allí el Señor se le apareció a Abram y le dijo: “Yo le daré esta tierra a tu descendencia”. Entonces Abram erigió un altar al Señor, porque se le había aparecido. De allí se dirigió a la región montañosa que esta al este de Betel, donde armo su campamento, teniendo a Betel al Oeste y Hai al este. También en ese lugar erigió un altar al Señor e invoco su nombre. Después Abram siguió su viaje por etapas hasta llegar a la región del Neguev.

Reflexión:

Abuela no me gusta este país, prefiero el mío”, me dijo una nieta, y me dejo pensando en lo que significa mudarse de un país a otro. Implica adaptarse a nuevas costumbres y circunstancias, y a veces a un nuevo idioma. Como Abraham, a muchas mujeres nos ha tocado ir de un país a otro, o de una ciudad a otra, ya sea por el llamado de Dios o por razones de trabajo o cualquier otra situación. Esto nos lleva a un proceso de adaptación.

Cuando mi esposo y yo nos mudamos de los Estados Unidos a Argentina como misioneros, me llevo años aprender a hablar el Español aceptablemente. Tuve que adaptarme a muchas nuevas costumbres, que con el tiempo llegue a amar. Y ahora después de muchos años en el país austral, vivimos en Miami una ciudad multicultural donde la mitad de las persona hablan ingles y la otra mitad habla español. Otra vez debo adaptarme.

Abraham en su largo peregrinar, buscaba la ciudad cuyo arquitecto y constructor es Dios, algo que no hayo durante su vida terrenal. Nosotras anhelamos un lugar donde podamos estar siempre felices; pero eso es algo imposible de realizar en este mundo. A veces cuando quiero cambiar mi entorno, después de buscar al Señor en oración, descubro que Dios quiere cambiarme a mi. El Espíritu Santo me insta a aceptar las circunstancias y a las personas, sin juzgarlas para brindarles el amor transformador de Cristo.

El Señor Jesús dijo que el Reino de Dios esta dentro de las personas; y si Cristo reina en mi corazón encuentro el contentamiento que busco, no importa donde este. 

Erma Jean Hensley de Swindoll

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